
Te llamas María, eres cantante y el título de tu álbum es "Mis Canciones".
En el arte de tu disco, viene una fotografía tuya y las tus canciones están perfectamente grabadas, mezcladas y masterizadas.
¿Qué estilo de música tocas? aaaammm... Pop.
¿De qué tratan tus canciones? aaaammm... de desamor.
Envías tu música a los medios, la radio, las estaciones de tv y buscas promotores. ¿Y qué sucede?.
Nada.
¿Por que?. Simplemente por que tu música no tiene una historia qué contar.
Sí, es cierto, quizás sufriste para escribir todas esas canciones. Pero son de hecho la misma historia que la gente ha escuchado una y otra vez. Y tu historia como artista, es otra historia que la gente también ha escuchado varias veces; la historia de "Un cantante que se lanzó por sus sueños".
Y precisamente es la misma fórmula nada creativa que los artistas independientes han venido utilizando desde que tengo memoria; haz ruido allá afuera, la sola virtud de nuestra música debe ser suficiente para que a la gente le guste.
Pero resulta que a la gente le gustan más las historias que la música en sí misma.
Considera los siguientes ejemplos: