
Si alguna persona acaudalada de aquel tiempo, llámese monarca o comerciante, le gustaba tu trabajo, entonces tú no tenías qué preocuparte por alimentar a tus hijos y esposa y proveerles un techo por el resto de tu vida sencillamente por que éste patrón te proveería con los recursos necesarios para que tú y tu familia vivieran cómodamente el resto de sus vidas, siempre y cuando le proveyeras a él de tu arte y mejor aún, se lo dedicaras.
Gracias a banqueros, papas y monarcas de aquella época, fue como existieron los Miguel Angeles, Rafaeles, Da Vincies, Botticellies, etc. de hecho, la notable y rica familia De Medici fueron unos de los mayores patrones proveedores de recursos para la creación de obras artísticas de la época.
Hoy en día, de alguna manera sigue existiendo ese viejo modelo de patronato; por ejemplo: para nadie es ningún secreto que muchos artistas del medio grupero y regional han logrado su éxito gracias a ciertos patrocinios de gente muy especial a cambio de dedicar su música a esas personas, pero no adentraremos a detalles de ésta situación.
Lo que quiero decir es que de alguna manera, las artes, y más específicamente, la música, siempre han requerido el apoyo de algún tipo de patronazgo para que cuyo concepto pueda ser expandido entre la gente.
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